Marcar a los pingüinos salvajes con bandas metálicas en las aletas
deteriora su supervivencia y reproducción a largo plazo, según se deduce
de un estudio con pingüinos rey que habitan la Isla Posesión del Archipiélago Crozet, en la Antártida. El trabajo, realizado por científicos franceses y noruegos, se publica en la revista Nature.
Los investigadores, dirigidos por el francés Yvon Le Maho, estudiaron a 50 pingüinos rey (Aptenodytes patagonicus) a los que se habían colocado bandas y a 50 sin ellas durante diez años. En ese tiempo, los pingüinos marcados produjeron un 39 por ciento menos de pollos y tuvieron una supervivencia un 16 por ciento menor, en comparación con las aves no marcadas. Según los autores, las bandas aparentemente inocuas afectan a la habilidad de los pingüinos
para moverse en el agua y les obligan a consumir más energía en la
búsqueda de comida, lo cual a veces tiene consecuencias fatales. Además,
el estudio sugiere que los pingüinos marcados y no marcados responden
de forma diferente al clima, ya que los marcados llegan más tarde a la isla a criar (en torno a 16 días después).
Los pingüinos a menudo se consideran indicadores del cambio climático,
y muchos estudios científicos utilizan datos recopilados de aves
marcadas con bandas en las aletas para ayudar a predecir la dinámica de
sus poblaciones.
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